sábado, 25 de febrero de 2012

Cazorla, único malaguista en la lista de Vicente del Bosque

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El miércoles 29 febrero será un día muy especial, y no porque sea un día que sólo existe cada cuatro años, por primera vez en la historia malaguista un jugador blanquiazul defenderá la camiseta selección española en La Rosaleda. Ese jugador no es otro que Santi Cazorla. El asturiano, al igual que su compañero de equipo Rondón, jugará en casa el amistoso que disputarán España y Venezuela en Málaga.

El centrocampista forma parte de la lista que dio Vicente del Bosque junto a otros 23 compañeros, entre ellos destaca el debut de Muniain con la absoluta o el regreso de Soldado tras cinco años sin vestir la elástica nacional. Todos ellos llegarán a Málaga el 28, un día antes de enfrentarse a Venezuela. Esta convocatoria es la última antes d
e la Eurocopa. De ahí su importancia. La próxima vez que el seleccionador llame a un jugador será para llevárselo a Polonia.

Pero la noticia está más en los que se han quedado fuera. Pedro, Albiol y Torres son los hombres que se han caído de la convocatoria. El azulgrana lleva una temporada plagada de lesiones lo que le ha restado presencia en el once de Guardiola. En el caso del defensa no ha habido ningún problema médico, simplemente Mourinho no cuenta con él. Pero es el caso del delantero del Chelsea el que ha levantado mayor relevancia. El ariete no faltaba en un compromiso internacional desde 2006. Pero su sequía de goles ha sido determinante para Del Bosque no lo haya incluido.

Monreal ha sido otro que no ha entado en la lista. El cas
o del lateral es distinto, nunca ha sido un fijo en La Roja, pero el navarro contaba con estar entre los elegidos. Tenía a su favor el hecho de jugar en La Rosaleda hacía pensar que su nombre estaría entre los 23 elegidos. Esto le aleja un poco más de la Eurocopa.


Los más optimistas pensaban también el debut de Isco con la absoluta, su temporada lo abalaba. Pero el de Arroyo de la Miel no puede estar triste, Milla le ha llamado para ir con la selección olímpica para jugar el martes 28 ante Egipto en Torrelavega.

Al igual que pasara hace cuatro años, La Roja no lo será tanto sobre el césped de La Rosaleda, ya que no jugará con la primera equitación. Si en 2008 lo hizo de dorado ante Francia, el miércoles los de Del Bosque estrenarán la segunda zamarra que será de color celeste. Con este hecho quien sabe si volverá a dar suerte a la selección de cara a la Eurocopa de este verano.

La Rosaleda lucirá sus mejores galas para el partido y casi seguro habrá un lleno absoluto. Para todos aquellos que no tengan su localidad y quieran asistir al partido, todavía quedan unas 2.200 entradas, pueden adquirirlas a través de Servicaixa o desde este sábado en las taquillas del estadio blanquiazul.

Lista de convocados:
Porteros: Iker Casillas (Real Madrid), José Manuel Reina (Liverpool), Víctor Valdés (Barcelona).

Defensas: Álvaro Arbeloa (Real Madrid), Sergio Ramos (Real Madrid), Gerard Piqué (Barcelona), Jordi Alba (Valencia), Carles Puyol (Barcelona), Andoni Iraola (Athletic Club) y Javi Martínez (Athletic Club).

Centrocampistas: Thiago Alcántara (Barcelona), Xabi Alonso (Real Madrid), Sergio Busquets (Barcelona), Santi Cazorla (Málaga), Xavi Hernández (Barcelona), Cesc Fábregas (Barcelona) y Andrés Iniesta (Barcelona).

Delanteros: David Silva (Manchester City), Fernando Llorente (Athletic Club), Juan Mata (Chelsea), Iker Muniain (Athletic Club), Jesús Navas (Sevilla), Álvaro Negredo (Sevilla) y Roberto Soldado (Valencia).


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sábado, 18 de febrero de 2012

Odio eterno al fútbol moderno

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Esta mañana al despertarme, me encontré con una gratísima sorpresa al descubrir la segunda parte de una cancionaza. Ninguno de los redactores de Sportacus somos fans del hip-hop, pero este tema debía de aparecer aquí. Se trata de Odio al fútbol moderno de los gaditanos FRAC. En estas dos canciones se rememora aquel fútbol añejo ya, el de los noventa y principios del 2000. Eran unos tiempos en el que todavía el periodismo deportivo no había derivado en portadas en revistas de moda y programas que encajan más en el géneros del corazón que en otra cosa.

Era un fútbol sin leyes Bosman, en donde fichar al extranjero equivocado era una hecatombe. Incluso también se incluye el principio de esta ley donde toda Europa se abría y nos hacía tener unos recuerdos magníficos por la cantidad de nombres extravagantes que llegaron España. Eran otros tiempos en donde se disfrutaba igual o más del fútbol y no de todo el circo que se montaba detrás, aunque lo hubiera. ¿Quién no recuerda a personajes como Gil o Caneda?

Por eso os lanzo un reto. A ver si los lectores son capaces de reconocer a todos los futbolistas y entrenadores que se nombren en las dos canciones. No sé si por desgracia o por suerte, yo los reconocí a todos. Eso no sé si habla mal o bien de mí. Disfrutad de las canciones y ya sabés... ¡Menos Cristianos Ronaldos y más Villarroyas!







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viernes, 17 de febrero de 2012

Miguel de la Villa, director del Mundobasket 2014: "Queremos conseguir un legado para el baloncesto como nunca antes"

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España acogerá en 2014 el acontecimiento de baloncesto más importante del planeta, la Copa del Mundo. Miguel de la Villa, director del Mundobasket 2014, mantuvo un encuentro con los alumnos del Máster COPE en el que explicó cómo se trabaja en un campeonato de esta dimensión y adelantó su pronóstico para la candidatura de Madrid a los Juegos Olímpicos de 2020.

De la Villa tiene una amplia experiencia en la dirección de actos deportivos de gran envergadura, como la candidatura olímpica de Madrid 2012 y 2016. Con el Mundobasket se ha propuesto un reto: "Queremos conseguir un legado para el baloncesto como nunca antes". A estas palabras añadió que España ofrece una gran confianza en la organización de eventos internacionales, así lo demuestra el Europeo de 2006.

El campeonato se desarrollará del 30 de agosto al 14 de septiembre de 2014. Sobre esto, De la Villa dijo: "Queremos que la Copa del Mundo sean más que tres semanas de baloncesto". Este es el objetivo principal de la organización que desarrollará distintas actividades a lo largo y ancho del territorio nacional durante los dos próximos años.


La primera fase de clasificación del mundial se disputará en seis ciudades: Madrid, Barcelona, Bilbao, Sevilla, Granada y Las Palmas de Gran Canaria. En la isla se ha empezado a construir un estadio que albergará el inicio de la competición, mientas que la final del Mundobasket se disputará  en el Palacio de los Deportes de la capital española.

España es un destino "muy atractivo" para Manuel de la Villa que espera con este acto, potenciar la marca España. Para ello, la FIBA desarrollará actividades de fomento de este deporte en doce países, además de captar público potencial que quiera ver la competición "Necesitamos paquetes asequibles y realizar un trabajo más intenso en las sedes menos atractivas", añadió al respecto.

El Mundobasket tiene un presupuesto de más de 20 millones de euros, a los que la organización estima añadir 12 millones más por el apoyo de instituciones públicas. De la Villa adelantó que podrían incluir un chip que funcione como entrada para eliminar el papel. "No hay que descartar nada, lo que sea bueno para nosotros se incorporará", afirmó. Concluyó que espera que haya déficit cero tras su celebración.


Cambio de modelo en la ACB  

Uno de los alumnos preguntó a Miguel de la Villa sobre los fallos que tiene la ACB, como la falta de público televisivo que se triplica con las grandes competiciones (Juegos Olímpicos, Europeo y Mundial). El director del torneo estableció tres problemas: la identificación de los equipos, colores y sus jugadores; la falta de ídolos y potenciación del jugador nacional; y el bajo tratamiento del baloncesto en los medios, por la "tiranía" del fútbol y el interés por la NBA.

También fue preguntado por la candidatura de Madrid 2020, que compite contra Bakú (Azerbaiyán), Doha (Qatar), Estambul (Turquía) y Tokio (Japón). De la Villa pronosticó que los Juegos volverán a Europa y sitúa la puja entre Madrid y Estambul. 

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martes, 7 de febrero de 2012

Contador: Inocente con dos años de sanción

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Imagínense durante un instante que son arquitectos. Imagínense que están construyendo un rascacielos enorme. Como hay arquitectos muy tramposos, se prohibió el uso del Autocad (programa de diseño), para que se erigieran los edificios con mérito. Usted es el mejor arquitecto del mundo, pero necesita pasantes. Uno de ellos le pasa unos dibujos en donde un pequeño tabique de todo el rascacielos está diseñado con el Autocad. Usted, lo sabe, lo admite y su empresa hasta le exculpa.

Pero el colegio de arquitectos se entera y le abre una investigación. Durante ese tiempo, usted sigue construyendo edicifios, mejores o peores, pero los sigue constuyendo, demostrando que no le hace falta el Autocad para nada. Y tras año y medio de espera, el Colegio de Arquitectos le inhabilita por dos años, derrumbando todo los edificios que te han dejado construir en ese tiempo, además del diseñado con esa pequeña ayuda involuntaria del Autocad.

¿Parece esto justo? Para nada, ¿verdad? Pues algo parecido es lo que le ha pasado a Alberto Contador. En el Tour de Francia de 2010, Contador dio positivo por 50 picogramos de clembuterol, una cantidad ínfima, que no ayuda físicamente a un deportista. El clembuterol es una sustancia prohibida en el ciclismo, pero a su vez es una sustancia que se usa en algunos países para engordar ganado. Y ahí es donde se amparó Alberto.

La versión del ciclista es la que dice a que fue contaminado por un filete que en el día de descanso, fue traído desde España. Ahora han querido cambiar filite por barrita energética. Lo mismo da. Seamos razonables: la historia parece un poco cogida por los pelos. Pero después lees noticias como esta y como esta, no es tan descabellado pensar que Contador tiene razón.


Es más, la Federación Española exculpó a Alberto. Pero la propia UCI no estuvo convencida de esta decisión y llevó el caso al Tribunal Superior de Arbitraje (TAS). Y aquí empieza lo grave. En ese tiempo a Contador le dio tiempo a ganar el Giro de 2011 y a correr el Tour, ya desgastado por la ronda italiana. Han sido muchos días de incertidumbre, quince meses, que acabaron lamentablemente ayer.

A Contador le sancionan con dos años, quitándole el Tour de 2010 (hasta ahí algo lógico) y el Giro de 2011. Además, tendrá que pagar una multa de dos millones y medio de euros, más lo que tendrá que abonar a sus abogados. Le han aplicado la máxima sanción posible a un caso que en circunstancias normales podría haber acabado con una visita del médico de la UCI al ciclista para avisarles de la anomalía del resultado.

El propio TAS en su sentencia admite que no hay voluntariedad de dopaje. La pregunta es: si no hay voluntariedad ¿Por qué le ponen la máxima sanción? El derecho deportivo (si se le puede llamar así a esto) obliga ante un dopaje a demostrar la inocencia del deportista. No se puede caer en la demagogia de decir que es injusto que Alberto tenga que probar su inocencia. Su análisis y contranálisis dan positivo y ya es motivo suficiente de culpabilidad. El problema es que Contador no ha podido demostrar su teoría de la carne.


Si el ciclista hubiera podido demostrar que al ganado utilizado para el filete que se comió se le suministraba clembuterol, hubiera sido exculpado. La trazabilidad de la carne se perdió a mitad de camino, y por lo tanto, Contador no ha podido probar su inocencia. Pero lo que más daña de este asunto es que en la resolución se da por valida la no voluntariedad de Alberto. O se castiga o no, pero no se puede decir que no se dopó y castigarle con 2 años.

Un castigo de seis meses hubiera sido la salida más fácil. Se castiga el positivo (que no hay que olvidad que existe) y con un mes de sanción (porque ya cumplió cinco anteriormente) estaría resulto, manteniendo un Giro de Italia que ganó limpiamente y pasando mil controles revisados con lupa.

Hoy ha salido Contador en una rueda de prensa. Lo más llamativo que ha dicho es que seguirá corriendo. Ojalá vuelva por sus fueros y nos haga vibrar. Puede que la Vuelta a España sea su primer objetivo. Alberto tiene que callar muchas bocas. Pero su nombre ya ha sido manchado.

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lunes, 6 de febrero de 2012

La noche de Joe Montana

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El sueño es siempre caprichoso y su ataque, furtivo. Nos sobreviene (la expresión más común suele ser ‘nos da sueño’) cuando menos lo deseamos y, sobre todo, cuando menos lo esperamos. Es decir, el sueño nos sorprende siempre en el momento más inesperado: durante el desenlace de la película que llevamos dos horas viendo y cuyo final nunca llegaremos a conocer, o en el enésimo corte publicitario de la serie de televisión que seguimos semana tras semana, siempre el mismo día, y a la que estamos enganchados y de la que irremediablemente nos perderemos, de repente y a causa del imprevisible sueño, el clímax de ese episodio en cuestión y, por tanto, también nos quedaremos sin descubrir el tan esperado giro argumental, la sorpresa que nos engancha y nos hace esperar con expectación al siguiente capítulo.

En definitiva, el sueño (así de caprichoso y furtivo es) actúa siempre cuando resulta menos querido y esperado y, en cambio, basta que uno esté ocioso y aburrido (por ejemplo, leyendo o escribiendo una entrada de blog), sin nada que hacer y también sin ganas de hacer nada, dispuesto a irse a dormir sin mostrar resistencia, para que este no aparezca y nos invada, en lugar de ello, el estresante insomnio y sus correspondientes vueltas en la cama, de un lado a otro y a otro y vuelta al principio (ninguna postura resulta cómoda entonces). No hay cosa que desquicie más que sufrir de insomnio toda una noche (teniendo además que madrugar al día siguiente) e intentar en vano dormirse. Cuando esto ocurre, a menudo es bueno encender la radio y dejar divagar la mente al arrullo de las ondas hertzianas. De esta forma, poco a poco se va amodorrando uno y empieza a hacerse presente la duermevela de la inconsciencia, que precede siempre a la llegada del imprevisible, furtivo y caprichoso, sobre todo caprichoso, sueño.

No obstante, también hay noches en las que la radio no sirve de nada y uno no deja de prestar atención (no es capaz, no puede) a lo que dicen las voces que salen de ella, despabilándose de este modo todavía más. Estas son las peores noches de insomnio, en las que el sueño se ha perdido de camino a casa y no nos encuentra y, entonces, soñamos despiertos con que estamos dormidos y verdaderamente soñamos. Así me ocurrió a mí anoche hasta que, harto ya de dar vueltas en la cama y escuchar la radio, recordé que era el domingo de la ‘Super Bowl’ y me decidí a verla, al fin y al cabo algo tenía que hacer.


La ‘Super Bowl’ es el evento deportivo más importante en Estados Unidos, quién sabe si también en el resto del mundo. De media lo siguen año a año más de cien millones de personas por televisión (sólo en USA) y aunque en España la NFL, más conocida como fútbol americano (que no rugby), no goce de amplio número de fans y seguidores, no nos queda más remedio que reconocer que la ‘Super Bowl’ es un auténtico espectáculo, en todos los sentidos de la palabra. Anualmente, en el partido del ‘Super Sunday’ (así se denomina al domingo de la ‘Super Bowl’, que es más que un partido, es una jornada de celebración, para pasarla con la familia y los amigos, día también de mucha comida y cerveza), los dos mejores equipos de la competición (tras haber jugado ambos la fase regular y los ‘play-off’)  se miden para ver cuál se alza con el trofeo Vince Lombardi que le acredite como campeón de la temporada. La ‘Super Bowl’ de este año (la cuadragésimo sexta edición ya) la disputaron anoche (en el faraónico estadio de los Indiana Colts, en Indianápolis) los New England Patriots y los New York Giants. Hasta la fecha, ambos contaban con tres títulos en sus vitrinas y en sus filas militan dos de las grandes estrellas del momento: el legendario Tom Brady y Eli Manning, los ‘quaterbacks’ respectivos de cada conjunto. También jugaban anoche figuras de la talla de Bradshaw, Ortiz, Pierre-Paul y Gronkowski, entre otros.


A su vez, habría que indicar, antes de ahondar en el desarrollo de la final de ayer, que el fútbol americano es un deporte complejo de ver y de seguir y también de entender. Tiene infinidad de términos concretos y específicos que si uno los desconoce, le resulta muy fácil perderse. Además, los cambios de jugadores son continuos y la estrategia y las jugadas de pizarra desempeñan un papel crucial en el desarrollo del juego. La NFL tiene, creo yo, otro problema de cara a obtener mayor seguimiento en España y este no es otro que el hecho de que es un deporte que no deja de ser profundamente americano, es decir, que tiene muchos tiempos muertos y parones, las jugadas se suceden muy deprisa (todo transcurre en breves segundos), y luego hay grandes parones entre ellas. En un momento determinado del encuentro aparecen los llamados ‘game highlights’ y si no los has visto, mala suerte. Para eso, de todos modos, están las mil repeticiones en televisión desde distintos tiros de cámara y a diferentes velocidades: cámara lenta y súper lenta, ambas incluidas. Por tanto, el fútbol americano se inscribe en la órbita de deportes como el béisbol (ambos son los reyes en USA), donde todo sucede todo muy deprisa y en un momento concreto, y para ver ese preciso instante en directo has tenido que ‘tragarte’ varias horas de aburrido partido. Nosotros somos más de deportes alocados e imprevisibles como el fútbol (el manido soccer que los norteamericanos apenas entienden), en el que sólo existe un descanso y el juego se produce de manera más continua, haya o no haya goles y haya o no haya jugadas espectaculares para el recuerdo. Pese a todo lo anterior y aunque a uno no le guste la NFL lo más mismo, sentarse a ver la ‘Super Bowl’ es una maravilla, porque el espectáculo montado para la ocasión es impresionante. No hay que olvidarse que en el descanso del partido un gran artista (han pasado por allí Bruce Springsteen, Kiss, Michael Jackson, los Rolling Stones, U2 y The Who, entre muchos otros) ofrece un concierto en directo y, además, los anuncios de televisión de la ‘Super Bowl’ son los más caros del año con diferencia y la gente los espera con expectación y habla de ellos varios días después.


De modo que ahí estaba yo, después de escuchar el himno americano, en los primeros compases de la final entre finales dentro del mundo del deporte (a altas horas de la madrugada y con los ojos como platos), dispuesto a ver qué deparaba la tan esperada ‘Super Bowl’. Y los Giants empezaron de maravilla, con Manning repartiendo juego (mediante pases y carreras) y acumulando yardas ante el despiste inicial de los Patriots, que sufrieron un ‘safety’ (penalización de dos puntos en contra) en la primera jugada ofensiva de la que dispusieron y vieron a su vez como los de Nueva York anotaban el primer ‘touchdown’ de la final (con el correspondiente ‘extra point’) y conseguían un parcial inicial de nueve a cero en el primer cuarto.

Fue en el segundo cuarto, y en el momento en que peor marchaban las cosas para los New England (con un arranque francamente decepcionante y varios ‘drives’ cortos y sin éxito), cuando apareció Tom Brady, que tiró con casta de su equipo y enganchó una sucesión de pases y un par de ‘drives’ que llevaron a los de Massachusetts a conseguir un ‘field goal’ (tres puntos) y su primer ‘touchdown’ de la noche. Sorprendentemente,  tras lo visto en la primera parte, los Patriots se iban al descanso uno arriba (10-9) y, después de haber remontado una situación adversa, se posicionaban como favoritos para llevarse el partido (ya eran los favoritos en las apuestas antes de la ‘Super Bowl’) debido a que iban ganando pese a no haber jugado bien y Brady, lógicamente, tendría que ir poco a poco a más durante el segundo tiempo.


El show musical del descanso corrió a cargo de Madonna, que presentaba nuevo disco y tomaba el testigo de los Black Eyed Peas (responsables del concierto en el intermedio de la ‘Super Bowl’ 2011) y de Lenny Kravitz, que ayer aderezó la previa al partido con un breve concierto a pie de césped.  En la reanudación, el partido siguió en la misma dinámica que durante el primer tiempo y, para mí sorpresa, comencé a notar una soporífera pesadez sobre los ojos y mis parpadeos se volvieron más lentos y pausados, como si de alguna manera estuvieran más pensados o fueran más intencionados, y el partido empezó a verse como una sucesión de fotografías, de imágenes concretas e instantáneas que se proyectaban entre prolongados fundidos en negro. Y, de repente, el verde del césped cambió de tono y no fue lo único que se transformó en la imagen, también los jugadores de los dos equipos cambiaron de indumentaria y de colores, y todo pareció volverse más fluido, más irreal; y en ese preciso instante ante mis ojos surgió también la figura de Joe Montana, la leyenda más grande del fútbol americano, liderando a sus San Francisco 49ers en otra ‘Super Bowl’. Tenían enfrente a los Denver Broncos y el resultado en el marcador era adverso, pero él no parecía rendirse, ni siquiera parecía dudar o estar nervioso… Comprendí entonces, justo antes de caer profundamente dormido, que ya me había llegado mi imprevisible y caprichoso sueño y que, por muy interesante que estuviese el partido o muy incierto fuera el resultado y el posible ganador, no podría verlo, sino soñarlo, ya que así de furtivo e irresistible es el ataque del sueño y el mío me había encontrado de madrugada cuando menos lo esperaba y aun menos lo deseaba.


Las primeras luces del día me han despertado esta mañana. Para entonces, la ‘Super Bowl’ ya hacía varias horas que había acabado. Mientras desayunaba he leído en la prensa ‘online’ que los New York Giants se impusieron (resultado final: 21-17) en el último tramo de la final, remontando y ganando de este modo su cuarto título, y Eli Manning fue elegido MVP. No obstante, en mi sueño de esta noche (¿o era un recuerdo lo que he soñado esta fría madrugada de invierno?) el desenlace ha sido otro, bien distinto: Joe Montana, el ‘quaterback’ más grande de toda la historia, lograba completar con éxito un milagroso ‘Hail Mary’ a tres segundos del final. Jerry Rice atrapaba el balón pasado por Montana y anotaba el ‘touchdown’ de la victoria. De esta forma, los San Francisco 49ers se imponían a los Broncos de Denver en una de las ‘Super Bowl’ más emocionantes...


Creo recordar que era este el borroso sueño (o recuerdo) que tuve anoche cuando me quedé finalmente dormido de madrugada, lo que me hizo perderme el desenlace de la final real, la que ocurría al otro lado de la televisión, cuyo resultado he tenido que leer hoy en los periódicos. Y es que así de caprichoso y furtivo es el sueño, que nos sobreviene o (mejor dicho) nos da cuando menos lo deseamos y, sobre todo, cuando menos lo esperamos. Mi sueño, en concreto, es especialmente imprevisible. Hay veces que se pierde en su deambular por las calles y no llega a mí hasta muy entrada la madrugada, como ocurrió anoche cuando me dispuse a ver insomne la ‘Super Bowl’. Sin embargo, hay otras veces en las que mi sueño me llega muy pronto, apenas ha caído el sol y me quedo, entonces, profundamente dormido a las primeras de cambio; de hecho así me ocurre hoy, que bostezo sin parar al tiempo que escribo esta entrada y desde hace rato ya noto como se me bajan los párpados, se me cierran lentamente los ojos y comienzo a pensar que quizá ni siquiera pueda terminar de escribir esta entrada para el blog que… ¡Qué sueño!

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domingo, 29 de enero de 2012

Astérix y Obélix, y el 'Moudrix'

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“Nos encontramos en el año doce después del efecto 2000. Todo el ‘planeta fútbol’ está tomado por las centurias culés, otrora forjadas en la inacabable fábrica de la Masía… ¿Todo? ¡No! Hay una pequeña aldea, capital de reino, que, poblada por irreductibles merengues, resiste todavía y siempre al invasor blaugrana...”  Perfectamente, podría ser este uno de los comienzos de las famosas historias de Astérix y Obélix, los galos más universales, si estas se desarrollaran en la actualidad. Y es que el Barsa lleva unos años ocupando, con merecimiento y de manera indiscutible, el trono del fútbol mundial y aniquila a cualquier equipo que intenta rechistarle lo más mínimo (véase y consúltese ahora, antes de proseguir con la lectura, los siguientes casos: Arsenal, Manchester United y Chelsea, entre otros). Por eso, y precisamente por eso, el partido del pasado miércoles, el enésimo clásico, el nonagésimo ‘partido del siglo’, que enfrentó al Barcelona y al Real Madrid fue el mayor espectáculo que puede verse hoy en día sobre la faz de la tierra. En él se vislumbró por fin a un equipo de fútbol que pudo plantar cara al todopoderoso club blaugrana y durante unos minutos lo tuvo contra las cuerdas y todo fue posible, incluida la poco probable remontada.


Sin embargo, ya lo adelanto, hoy no voy a escribir sobre los árbitros ('¡villarato!’), descontados descuentos, tarjetas amarillas teñidas de rojo artificial ni ‘penalties’ fantasma (como los goles que son pero que injustamente no suben al marcador); tampoco pretendo perorar sobre cámaras y micrófonos que se encienden en una entrevista cuando deberían permanecer fuera de funcionamiento; ni siquiera me planteo la posibilidad de hablar de los que hablan (¡vaya redundancia!) de ‘burros con gafas’, de los que visitan con nocturnidad y alevosía al equipo colegial en el aparcamiento de un estadio que no es el suyo, y de los que otrora hablaron de ‘baños’ y hace unos días temblaron a causa del miedo y de la fría noche barcelonesa, quizá, más por lo primero que por lo segundo… Hoy, sólo quiero escribir de fútbol, acerca de fútbol y sobre fútbol, ‘fútbol total’.
El otro día disfrutamos de un auténtico partidazo, de esos que hacen afición y nos recuerdan que esto del fútbol no se trata sólo de “once tíos detrás de un balón”. Este clásico fue una lucha de poder a poder, con grandes ocasiones de gol y mejores goles. Nadie sabía qué iba a pasar. Una vez más, la realidad superó a la ficción. Y quizá, y sólo digo que quizá, el partido fue incluso mejor que la propiedad realidad (‘…even better than the real thing’). Hubo de todo: emoción, nerviosismo, garra y heroísmo. Fueron los del Camp Nou noventa minutos de pura intriga, hora y media de ‘blockbuster palomitero’, con fuegos artificiales incluidos tras la proyección. Al igual que una buena obra teatral, el encuentro ofreció dosis de alegría, intriga, tristeza y sentimientos para todos los gustos; con, además, todas las partes bien delimitadas: introducción, nudo y desenlace. En definitiva, lo del último miércoles noche fue la transformación de la tan denostada Copa del Rey en una obra de arte posmoderna.

Y, mientras yo veía emocionado el clásico en la terraza de un bar y reflexionaba sobre todo lo que aquí escribo ahora, no pude evitar preguntarme algo triste (entre ‘huy’ y vítores, entre tics nerviosos y codazos al de al lado, que siempre es más impasible y tranquilo que uno mismo): ‘¿Por qué somos aficionados de un solo club o equipo de fútbol? ¿O por qué nos ciegan unos colores y nos impiden ver más allá, nos impiden disfrutar de un espectáculo fantástico en el que todos ganamos, de una manera o de otra?’. ‘Ojalá’, se me ocurrió a escasos minutos del final del choque, ‘fuera siempre así: un bar lleno de aplausos y gritos de júbilo, de risas nerviosas, de gente agolpada en la fría calle frente al televisor, con los dedos cruzados y los ojos como platos’. Porque jugando así de bien, al final da igual ganar o perder y del equipo que sea uno; lo mismo que la inmensa mayoría de las veces en la vida no importa el qué, sino el cómo, y no importa tampoco el destino al que viajemos y sí, en cambio, importa y mucho el camino que nos llevará hasta él.
‘Ojalá’, me repito en el trayecto de vuelta a casa, ‘algún día seamos capaces de alegrarnos gane quien gane y disfrutemos de la fiesta del fútbol no únicamente cuando vencen los nuestros y sí, en vez de eso, cuando se imponga el mejor y el que más y mejor juega’. Mientras tanto, y hasta que ese día llegue, espero que al menos haya más equipos que se atrevan a discutirle al Barcelona el trono del `planeta fútbol’, equipos como el Real Madrid de la pasada noche de miércoles o, mejor dicho, debería llamarlo el Real ‘Moudrix’, ese club histórico procedente de una pequeña aldea, capital de reino, que, poblada por irreductibles merengues, resiste todavía y lo hará siempre al invasor blaugrana; y, en concreto, se atreve a hacer frente al ‘César’ Pep y a su mariscal de campo Messi. Este ‘Moudrix’, de recios galos (y no galos) como los legendarios  Astérix y Obélix, y el pequeño Idéfix (inolvidable), podrá ganar o perder la liga, podrá ganar o perder la ‘Champions’… Eso nadie lo sabe a día de hoy. Lo que sí es seguro y cierto es que jugando como lo hizo la otra noche no habrá madridistas tristes ni desilusionados. Lo decía antes y lo repito de nuevo: no importa tanto el final del viaje como el viaje en sí mismo. No es acerca de vencer o de caer derrotado, es sobre cómo se gana o se pierde.
P.S.: en otro orden de cosas e independientemente de la casta mostrada por los jugadores en el campo, parece ser que el druida Panorámix (alias Mou), que tan mal lo hizo en el partido de ida, el miércoles dio con la tecla para batir a los ‘Pep´s show boys’ y fue capaz de preparar un brebaje que dotó a los merengues de un plus, de un extra. ¿Se habrá vaciado ya el caldero del druida o quedará pócima mágica para el resto de la temporada?

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sábado, 28 de enero de 2012

Pasando Olímpicamente 2012: Carolina Rodríguez

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La segunda entrada de esta sección iba a ir destinada hacia otra persona. Finalmente cambié de protagonista tras escuchar en El partido de las 12 una entrevista a una próxima gimnasta que irá a Londres participando en el campeonato individual y por equipos. Esa entrevista deja claro que hay personas que se merecen todo lo bueno que les pase, porque su camino hasta ahora no le ha sido fácil. La protagonista de hoy es la leonesa Carolina Rodríguez y será su segunda participación en unos Juegos Olímpicos.

Por desgracia, los tiempos que corren ahora para la gimnasia rítmica no son los mismos que antes y la selección española tiene casi imposible luchar por medalla. Con un diploma olímpico se verían satisfechas las aspiraciones de las gimnastas, pero a ilusión nos les ganará nadie, sobre todo a Carolina. Ella se quedó sin participar en Pekín ya que el final de 2007 y el comienzo de 2008 fueron demasiado agitados. Se llegó a retirar en diciembre de 2007 ya que la selección decidió que necesitaba savia nueva, pero volvió a la competición en marzo de 2008. Logró hacer que los mandatarios se tragaran sus palabras y fue internacional de nuevo en 2009. Esta vez no sólo irá, sino que liderará el grupo.

Carolina ha sido campeona nacional alevín, infantil y junior, antes de ingresar en el equipo nacional en 2001. En su palmarés tiene una séptima posición en las Olimpiadas de Atenas y varios sextos puestos en Campeonatos del Mundo. Su tiempo de retirada parece haberle sentado estupendamente ya que ha vuelto renovada. Al igual que Almudena Cid disfruta de su mejor estado de forma a una edad avanzada. Y cuando hablamos de una edad avanzada en este deporte son sólo 25 años.


Ese gran momento se contrarresta con sus tobillos. Actualmente, Carolina Rodríguez tiene los tobillos destrozados, teniendo que competir con un fuerte vendaje. Nada más terminar la cita de Londres, tendrá que pasar por quirófano, ya que pasar ahora supondría volver a la competición en mayo y tendría poco tiempo para prepararse los Juegos Olímpicos. Aún así, no le ha ido mal. En abril logró el oro en mazas, tres platas y la segunda posición en la general del torneo Irina Deleanu.

Como se ha podido ver, Carolina no ha tenido un camino de rosas para lograr el liderato de esta selección. Se lo ha trabajado mucho y durante muchos años. Unos años en los que las cosas en su vida tampoco fueron fáciles. A diez días de empezar el Campeonato del Mundo en 2004, perdió a su hermano en un accidente de coche. Una noticia así trastoca toda tu vida. Siempre es complicado contar este hecho a tus padres, pero es más complicado aún, con todo el dolor que se siente, tener que decírselo por signos. Esto es porque los padres de Carolina son sordomudos.


La carrera de Carolina siempre ha ido cuesta arriba. Empezó a entrenar en un equipo no muy exitoso y se ha encontrado con muchos obstáculos. Esto ha marcado el carácter de la leonesa. En un deporte donde las competidoras tienen un aspecto frágil, Carolina demuestra fuerza. Es una fuerza que no es buscada, pero que con todo lo que le ha sucedido, se la ha ido labrando. Se le nota en sus gestos, en su mirada y en sus movimientos; claves en un deporte como la gimnasia rítmica. Y pese a toda la felicidad que ahora mismo puede tener, imagino que en estos meses en los que está volviéndose más popular, que le recuerden todo el rato la misma historia ha de ser complicado.

Por todo esto, estaremos muy atentos a la rítmica durante las Olimpiadas. Deportistas como Carolina Rodríguez hacen que se vuelvan a creer en los valores del deporte, y no sólo como deportista, sino como ejemplo de personalidad. Haga lo que haga en Londres, ella ya se ha ganado la admiración de todo el país.

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